El
aparato militar como toda industria capitalista se sirve de un departamento
tecnológico para innovar, una infraestructura para la reproducción de elementos
bélicos y de un frente de guerra para el uso y abuso de las armas. También se
sirve de las estrategias comerciales, ya que cuando el arma ha sido utilizada
en la guerra y se quiere continuar agrandando el negocio de las empresas
militaristas, dicha arma es comercializa en el ámbito doméstico. Tal es el caso
del dron, el aparato de guerra que lleva siendo utilizado durante varios años y
en diferentes frentes de combates, con el que se han matado miles de personas.
Ahora pretenden continuar comercializándolo como utilitario doméstico.
La prensa local de Segorbe a los drones
les llama herramienta de seguridad, y
los apellida con frases pomposas como “mejorar
la seguridad ciudadana” y “para la
vigilancia de los campos y situaciones de emergencia” [1]. Con todos estos
engaños solo quieren continuar engrandeciendo las finanzas del capital. A la
vista las resultados causados con los drones en la población, creo que se trata
de una tecnología perniciosa, peligrosa, nada amigable del bien. Todo esto
viene a cuento porque estos días pasados fue exhibido un dron (el avión no
tripulado) en la explanada del Sector 1 de Segorbe, donde despego y maniobro para
dar una panorámica de la zona con la pretensión de estudiar el ayuntamiento de Segorbe
su adquisición.