Desde que el
uso de razón humana se centro en desarrollar la económica y desechar la
política social, que es la vida, cualquier motivo que aglutine ganancias
económicas es bueno para el buen curso del capitalismo. Y una muestra de ellos
es lo que estos días pasados salió en los medios de comunicación, las ganancias
económicas de la empresa Compañía
Valenciana de Aluminios B.A.U.X., sin reflejar la toxicidad que genera dicha
industria en el entorno y su repercusión en la salud humana. El procesado de
aluminio genera gases de efecto invernadero, expulso productos tóxicos al y el
estado de exposición y vigilia en la que se encuentran los vecinos cercanos a
la industria ante una catástrofe.
El sistema
capitalista en el que estamos enclavados solo cuentan las ganancias económicas.
El montante está dividido en dos, una parte son lo obtenido por la producción
industrial y otra es la parte la sonsacada en la rueda de la fortuna, la bolsa
de valores. Este último valor, es mayor a mayor aporte de usura aportada en sus
acciones, y esto se consigue con una buena campaña de publicidad con noticias a
bombo y platillo del bien estado económico de la industria. Y este es el caso descrito
en las noticias sobre la empresa Compañía Valenciana de Aluminios B.A.U.X. [1]. En la cual
queda bien claro, el reparto de dividendos a los accionistas y el cambio de una nueva dirección que ha
reflotado la empresa, estaba en números rojos. La nueva dirección presidida “de la mano de Juan José Nieto: "El éxito es ser una
persona equilibrada””. Pertenece al fondo de inversión NK5, el cual se
rodea con empresas del IBEX y grandes organizaciones como el Banco Mundial. Toda
una jugada de firmas, las dos familias de la ex y nueva dirección empresarial, están en lo alto de la pirámide del Capital.
Los problemas
tóxicos ambientales y naturales, los que arriba he referido a política social, no
han salido citados, ni saldrán en los medios de comunicación. Alguno ya fue
denunciado desde este blog, cuando los residuos de metal de aluminio invadieron
las calles de Soneja, y sus vecinos lo denunciaron por “el fuerte olor y la acumulación de gases por las calles”. Tampoco
nombraran los juicios laborales en los que se encuentra la empresa. Es el caso judicial
laboral al que se enfrentan 22 trabajadores, a los que la Fiscalía pide tres
años y medio de cárcel para cada uno de ellos [3], ya inició en el año 2007 y continuado con la
nueva dirección.
Existe otro problema, físicamente no perceptible pero que tiene atada
a la población que vive cercana a la industria, es el miedo a una catástrofe,
es estar sometidos a la exposición de una calamidad, como puede ser un incendio
de aluminio. Al no ser yo nada conocedor de lo que podría ocurrir, me he remitido
a las alarmas que activaron el último incendio ocurrido en Fuenlabrada, este
pasado verano, donde ardieron varias toneladas de aluminio y magnesio. Dio
lugar a una larga nube de humo toxico que envolvió de toxico todo el contorno
del lugar. Solo fue eliminada mediante el agente viento que la disperso. Fijamos
en palabras del mensaje que nos dio el portavoz del cuerpo de bomberos, es donde
vemos lo débil y vulnerable de nuestra situación y de los vecinos, cuando dijo
que se trata de un "incendio tipo D,
de metales, uno de los más difíciles de extinguir”, es decir que el
incendio se apagara cuando se queme todo el material [6]. Al mismo tiempo la toxicidad invadió las
viviendas, los gestores medio ambientales recomendaron el cierre puertas y ventanas para que no entren los gases en la vivienda;
no enciendan el aire acondicionado; eviten
salir a la calle hasta que se disperse la nube y que, de tener que hacerlo, se
pongan una mascarilla y se protejan los ojos. Medidas un tanto prosaicas
ante tanto avance tecnológico. Estas recomendaciones nos muestran el desinterés
que hay sobre las personas desde la industria, tanto trabajadores como los
vecinos aledaños, ni que decir sobre el medio ambiente.
El desarrollo del capitalismo fue un progreso de avance de mejora
de vida, pero esto se truncó rápidamente, cuando tal desarrollo solo se centró
en la economía y no fue parejo con la mejora social y ambiental. Se construyó
todo un entramado industrial respaldado por la minoría del poder capitalista,
que año tras años va engrandeciéndose, y cada día, es y va siendo más perjudicial
para la salud humana y nuestro el entorno natural. Fruto de este proceso es la
catástrofe atmosférica en la que nos encontramos, el cambio climático. En el
caso que relatamos, sobre los laminados de aluminio, estos producen toxicidad y
contaminación ambiental, proceso que no deberían de existir. Igualmente el
metal utilizado en tal producción, el aluminio está
demostrado que la exposición laboral al polvo de aluminio provoca fibrosis
pulmonar, que puede llegar a ser mortal.
En los seres humanos, los órganos más afectados por el aluminio son los
pulmones, la piel, los huesos y el sistema nervioso central. En el caso de los
animales, el aluminio puede afectar a su desarrollo, como se ha demostrado en
el caso del aluminio procedente de la lluvia ácida que daña las branquias de
los peces, lo cual puede causarles la muerte.
El vivir cerca de un lugar que expulsa basura a la atmosfera no te
capacita una vida placentera, y te hace estar pendiente y precavido ante un
daño. De existir una masa social, con opinión crítica y dotada del conocimiento
de perjuicio en la salud, del procesado de aluminio en la zona, daría lugar a
una respuesta social de rechazo y expulsión de estos engendros tóxicos. Ya que
desde hace varias décadas la población está engullendo tóxicos cerámicos y
metálicos. Y están pendientes que no ocurra algún desastre, esto no es una
forma cómoda de realizar tu vida. La
empresa de aluminios no debería de existir, estamos expuestos a sus toxicidades,
que en el cuerpo humano es el cáncer y
tiene efectos perjudiciales en el cerebro.
La Dirección de Baux son una panda de sicópatas no les importa nada la salud de sus ni el medio ambiente, hay están contaminando la zona sobre todo Soneja se lleva la peor parte solo piensan en sus beneficios.BAUX CIERRE YA
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