Estos días pasados los
agricultores denunciaron los destrozos
en sus plantaciones de maíz causados
por jabalíes, en partidas cercanas a la localidad de Segorbe. En esta
ocasión los malhechores son los jabalíes en otras son los conejos o las cabras
montesas. Son animales que viven en su propio entorno del que están siendo desplazados por la mano
del hombre con la constitución de infraestructuras ferroviarias, carreteras,
autopistas, urbanizaciones… que desbastan sus lugares de vivencia arrasando
el hábitat donde desarrollan su vida.
Las asociaciones
agrícolas y ganaderas así como todos los partidos políticos achacan la invasión
de cosechas por animales debido a la falta de comida en el monte. Y no les
falta razón, ya que llevamos más de cuatro años de sequía por las nulas lluvias y un
aumento considerable de gran extensión de monte quemado, que aumenta años tras
año. Pienso que se queda muy corto en este análisis, ya que estos dos elementos son el resultado
del sistema capitalista en el que estamos envueltos, el cual le da valor al
consumo descomunal de mercancía y olvida el medio ambiente que la suministra no
protegiéndolo, ya es finito y esta agotándose.
Centrándonos en los
animales y observando sus desplazamientos podemos fácilmente ver que su entorno
es destrozado y eliminado por infraestructuras enclavadas en su territorio, por lo que los animales
deben de buscarse la vida en otro lugar, cuando estas huidas son continuas y
falta de alimento, los animales ya no temen al hombre y discretamente se acercan
a comer donde tienen comida, en zonas cercanas a los pueblos.
Por lo tanto, la construcción de
infraestructuras como altas torres,
molinos de viento y mega-obras de
autopista, redes de ferrocarril como el Ave son los causantes de dichos destrozos
y migraciones. Estas obras provocan la rotura física del campo donde están ubicados
los animales, ya que son obstáculos y grandes vallas que rompen la unidad
familiar del animal.
Otra expulsión de los
animales de su hábitat es la eliminación de zonas naturales donde antes había
vida ahora hay muerte, por la
construcción de urbanizaciones y chalet´s edificados al capricho del consumo
humano, en las laderas de las montañas que son asfaltadas. El hombre que las
habita violenta el uso de materias que tiene en su entorno consumiendo en exceso
dichos elementos; por citar un ejemplo,
la utilización de cantidad abundante de
agua para sus piscinas donde no existe. Todo ello elimina el ecosistema y lo
agota.
Tomando mano de la administración siempre usa estrategias
superficiales que parecen contentar a un sector de la población pero nada
eficaces para el medio ambiente. En el caso de incendios busca a un culpable, y en el caso de animales matarlos.
Concretando alguno caso, en algunos pueblos afectados sus cosechas organizan batidas
de jabalíes y conejos que son sufragadas por los propios ayuntamientos para
eliminados mediante su muerte. La
última decisión por el gobierno valenciano de
Puig al anuncia la creación de un grupo en la policía autonómica para
investigar incendios. También
podemos citar la mano de la ciencia,
cuando toma cartas en el asunto, en el 1952 en Francia rompió la cadena trófica
al introducir el virus mixomatosis en los
conejos que elimino de un plumazo el 90% de los conejos de la península, Australia y
Francia, enfermedad que aun continua en
el medio ambiente
Para
nada se fija en una política de desarrollo del mundo rural y la vida natural, olvidan
que la vida del hombre debe de estar en armonía con la naturaleza y dejar hacer
a los, no rompiendo su ecosistema